domingo, 10 de octubre de 2010

Rubia en la ciudad.

Hace una semana se cumplió el deseo de mi hermano de intercambio, después de cuatro meses después de haber regresado de Estados Unidos verá en persona a su amada novia, Evangeline. Solo imagino su emoción al verla en el aeropuerto (ya que no estuve, esto es lo único que puedo hacer) y poderla abrazar como lo hacía antes.

Ella estuvo en Italia una semana, de sábado a sábado, tiempo en el que mi hermano se ausentó del colegio y tuve que ir yo solo, lo cual es bueno porque ya lo había hecho dos veces y he sobrevivido. :) Le enseñó la ciudad y la llevaron a conocer los lugares que he visto y algunos que están en mi lista de cosas por hacer.

Ambos se quedaron en la casa del "nonno" (abuelo), y sí, sí disfruté de mi habitación para mí solo. :D Wohoo! Me agrada porque aparte de darle una linda compañía al abuelo, yo tuve la oportunidad de recordar cómo era dormir sin nadie como lo hacía antes.

Mi papá y mi hermano fueron a recogerla al aeropuerto de Roma y le dieron un pequeño recorrido de vista por la ciudad. Después visitaron a la Zia Rita (tía la cual no conozco pero tiene muchas ganas de conocerme, y el sentimiento es mutuo) que vive en Pinetto.
Obviamente papá descanzó y a las 8:00 p.m tomaron rumbo a Bari. Llegaron a Bitritto tarde en la noche y vinieron a la casa para conocernos.

Ella es simpática y puedo entender porqué Francesco la ama: es linda, alta, divertida y con un lindo cabello rubio. :) Estuvo muy callada en la semana porque no sabe NADA de italiano (y déjenme repetir esta palabra: NADA). Dijo que normalmente ella habla siempre pero que aquí es difícil.

Hoy fueron a dejarla en el aeropuerto y mi hermano acaba de llegar. Basta con decir que esta en el cuarto de mi mamá llorando. Con solo escucharlo hasta yo estoy triste...
Pero él sabía de este momento, así es la vida. Ahora solo queda esperar para su próximo encuentro.
Evangeline, un gusto conocerte.

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